10 cosas que padres, madres y cuidadores deben saber sobre trauma infantil
1. Las experiencias traumáticas son parte de la
vida.
Los niños son curiosos por naturaleza y exploran su mundo con entusiasmo y euforia, por lo que
se exponen invariablemente a una serie de luchas y caídas, colisiones y conflictos.
2. El trauma no reside en el suceso en sí, sino en el sistema
nervioso.
Su base es fisiológica más que psicológica porque la principal función del cerebro es la
supervivencia y ante una amenaza inminente no da tiempo de pensar.
3. El trauma sucede cuando una experiencia intensa pasma al
niño inesperadamente
y lo abruma dejándolo alterado, desconectado de su cuerpo, mente y espíritu, y en estado de
indefensión.
4. Esta respuesta de parálisis en el niño encapsula el exceso
de energía generada para defenderse o
huir, la cual debería gastarse para evitar que se traumatice.
Porque, aunque el peligro haya pasado, un simple recordatorio puede enviar las mismas señales
exactas de alarma al cuerpo hasta que lo bloquea otra vez.
5. El trauma se gesta cuando los niños se enfrentan solos a un
evento traumático, sin contar con un
adulto protector.
Ellos generalmente no se protegen a sí mismos huyendo, sino corriendo hacia un adulto que los
contenga y proteja.
6. El trauma se previene cuando el adulto sintoniza con el niño
y le ayuda con ternura a autorregularse desde su nacimiento, haciendo contacto con
la mirada, el tacto, las
palabras y la voz de manera repetida y consistente.
7. Todos los niños viven sucesos estresantes, pero no todos
desarrollan el trauma.
Los niños que han sufrido 4 o más eventos adversos presentan un riesgo 4 a 12 veces mayor de
desarrollar abuso de sustancias, depresión e intentos de suicidio.
8. Todos los niños poseen la capacidad para ser resilientes
cuando se les apoya.
Pueden recuperarse del estrés y de los sentimientos de miedo, impotencia y agobio.
9. El trauma provoca un cambio de un cerebro focalizado en aprender a un cerebro focalizado en
sobrevivir.
El cerebro busca identificar amenazas para anticipar, prevenir o proteger del daño causado por
peligros potenciales o reales.
10. Los niños traumatizados pueden mostrar problemas de comportamiento como la tendencia a la
agresión, el desequilibrio emocional excesivo, la desconfianza, el miedo desproporcionado a ser
dañado, el aislamiento, la dificultad para expresar emociones, concentrarse, enfocar la atención, la
memoria y la capacidad para relacionarse, entre otras.
Escrito por: Marcela Cuevas,(Especialista en Crec).
REFERENCIAS:
Levine, P. A., & Kline, M. (2017). Tus hijos a prueba de traumas. Una guía parental para infundir confianza, alegría y resiliencia. Eleftheria.
Baita, S. (2015). Rompecabezas. Una guía introductoria al trauma y la disociación en la infancia. Sandra Baita.
Baita, S. (2023). Tratamiento del trauma y la disociación en la infancia. En busca de la seguridad perdida. Sandra Baita.